10 covers que están muy pasados del kilo, Vol 2: las baladas

Se sabe: los covers son una cosa fascinante. Pero ya que sería imposible reunir todos los que sobresalen en una misma lista, opté por sugerir diez que, considero, son dignos de escucha. Esta vez solo baladas.

Porque las segundas parte no siempre son horrendas (acá la primera), aquí están:

“How Deep Is Your Love” – John Frusciante
Original: Bee Gees

Según sus propias palabras, el guitarrista aprendió esta canción el mismo día en que la tocó en vivo por primera vez. Eso no le impidió desplegar un tremendo vibrato vocal, y el error que cometió a medio camino la hace sonar aún más auténtica. Una lástima que nunca haya grabado una toma de estudio.

 

“Lovesong” – The Brunettes
Original: The Cure

No es fácil regrabar una de esas canciones que significan tanto, de aquellas que se dedican una vez en la vida. Pero este dúo (alguna vez firmado por el prestigiado sello Sub Pop) no solo libró bien el encargo, sino que lo hizo con valientes arreglos de teclado, un tanto oscuros y muy aptos para un tributo a The Cure.

 

“Esta luz nunca se apagará” – Mikel Erentxun
Original: The Smiths

Hablando de baladones que deben dedicarse con harto cuidado, sigue esta reinterpretación—nunca mejor usado el término—del himno de los Smiths. El cambio no fue solo en el idioma: la letra fue retrabajada por completo, pero mantiene las intenciones 100% románticas de la original. Rolón.

 

“That’s Entertainment” – Morrissey
Orginal: The Jam

Sí bien los temas de los Smiths son muy versionables, el propio Steven Patrick Morrissey, antes de que se hiciera insufrible, grabó también su buena dosis de homenajes a otros artistas. Este es uno de los mejores, y hay incluso una segunda versión con David Bowie que no se queda atrás. La punzante letra original de The Jam resuena mucho más en la voz del Smith mayor.

 

“Love is Blindness” – Jack White
Original: U2

El guitarrista tomó la que quizá sea la canción más discreta de un álbum casi perfecto como Achtung Baby y la convirtió en un lamento desgarrador que casi corta el aire. La voz de Bono es un pálido fantasma junto a la de White; el solo de guitarra que irrumpe a medio tema es descomunal.

 

“Umbrella” – Manic Street Preachers
Original: Rihanna

Este caso me recuerda mucho al de Travis y su clásica versión de “Baby One More Time”: cómo hacer que una gran canción pop suene igual de bien en un contexto distinto, lo cual suele ser una virtud de las mejores melodías. La versión acústica también es buenísima.

 

“Patience” – Chris Cornell
Original: Guns N’ Roses

Incluso después de su muerte, Chris Cornell sorprendió—de nuevo—con algo que se le daba muy bien: grabar los mejores covers, uno inédito en este caso. Su inconfundible voz era capaz de desarticular a cualquiera, de calmar a fieras. Aquí la evidencia.

 

“Feels Like We Only Go Backwards” – Alex Turner
Original: Tame Impala

Esta enorme versión, cortesía de la voz de Arctic Monkeys, revela que debajo de las montañas de reverberación, flanger y delay, se hallaba una melodía vocal que brilla radiante en compañía de una simple guitarra acústica. El significado de la pieza cobra también otras dimensiones.

 

“Where Is My Mind?” – Maxence Cyrin
Original: Pixies

De las tantas versiones que hay de este tema, esta pega diferente por su contexto: su aparición tan oportuna en Mr. Robot y el directo homenaje a su mayor influencia, Fight Club. Pocas veces una canción se ha usado de forma tan efectiva en una obra audiovisual.

“I wanted to save the world”, asegura Elliot Alderson. Y le crees cada palabra.

 

“Sea of Love” – Cat Power
Original: Phil Phillips

Una de las grandes baladas del siglo pasado encontró aquí una interpretación que brilla por su sencillez, sin necesidad de artificios. La encantadora voz de Charlyn Marie Marshall, mejor acreditada como Cat Power, hace a uno desear que durara más que solo un par de minutos.

 

“Unchained Melody” – U2
Original: The Righteous Brothers

Tengo una gran debilidad por esta canción en particular: por el tema original cuya letra está grabada a fuego en mi memoria y por lo que U2 me representa. Pero, subjetividades aparte, Bono hace aquí un gran trabajo y le pone galleta a una pieza ya de por sí emotiva, de franca grandeza compositiva. The Edge, con su sello inconfundible, nos recuerda de qué banda se trata, por si quedara alguna duda.

 

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