Los Sueños de Marfil y ”Saltar”, joya huérfana del indie rock mexicano

Escribir de una banda como Los Sueños de Marfil es hablarle a un público inexistente. Bueno, casi.

Es decir, hay bandas indie y hay bandas indie. Están aquellas que navegan con tal bandera y confunden el término con un tipo de sonido. Hay otras tantas que por definición son agrupaciones indie, independientes en su origen, en su operación y en el registro de su música. Los Sueños de Marfil pertenecen, sin duda, a esta última categoría.

No se trata de un conjunto de éxito moderado, pues nunca lo tuvieron. Son la personificación misma de una banda de culto, olvidada por el tiempo, llevada hacia otros senderos por todas esas variables de la vida adulta y las dificultades de cada integrante. O vaya uno a saber la razón.

La banda produjo un solo tema en su efímera existencia: “Saltar“, una canción jodidamente buena. Y escribo todo esto porque me frustra ser casi el único que la conoce o se acuerda de ella.

Quisiera ser la piedra angular

Hace algunos años, exploraba el internet en busca de un blog para descargar —ilegalmente— el Vincebus Eruptum, de Blue Cheer. Había escuchado que era una piedra fundacional del metal y el rock jevi, y me daba curiosidad ir más allá del Sabbath y el Zeppelin.

Llegué a un pequeño blog en donde aquel álbum estaba disponible con una calidad aceptable. Me quedé a leer el texto que acompañaba a la descarga gratuita y, para mí sorpresa, estaba muy bien escrito: conciso, inteligente, con ideas muy claras. No daba demasiadas vueltas para recomendar un buen disco. Vale la pena mencionar que en ese entonces era una rareza encontrar estas cualidades en los incontables sitios asentados en Blogger.

Seguí leyendo otras entradas y encontré los mismos atributos en cada una. Sin duda había un tipo bastante talentoso e inteligente detrás del portal. Luego, en alguna parte del mismo noté que había un enlace a SoundCloud que invitaba a escuchar la música del autor del blog. Entré por mera curiosidad, esperando encontrar algo modesto, deficiente incluso. Muy equivocado estaba.

Establecí un breve intercambio de comentarios con el propietario del sitio —si no mal recuerdo, Víctor Arroyo—. Pronto supe que era algunos años más joven que yo. Le sugerí no dejar de escribir. Tenía un enorme potencial, tanto para la música como para la escritura. Espero haya seguido mi consejo.

Los Sueños de Marfil en Spotify
Banda de una sola canción, banda de un solo fan.

El desayuno de los derrotados

Pocas frases tan cagantes como el hubiera no existe. Pero me resulta imposible no preguntarme qué habría sido de esta banda si las cosas hubieran tomado otro rumbo: qué habría pasado de haber tenido la oportunidad para grabar un disco en forma, sonar en la radio y que su obra llegara a manos y oídos de los caciques de la música en México.

Sospecho que Los Sueños de Marfil habrían prosperado bastante de haber tenido la oportunidad. Jamás contaron con esa exposición mediática necesaria, crucial para hacerse al menos de una base inicial de fans. Ellos mismos, incluso, bromeaban acerca del nulo reconocimiento de su música.

Todo lo valioso es efímero

“Saltar” emana cualidades de una agrupación mucho más madura de lo que aparenta esta banda compuesta de puro estudiante foráneo.

Para empezar, la voz resulta mucho más expresiva —y creíble— que muchas otras voces clónicas del indie mexicano.

El tema se desarrolla sobre una base convencional de 4/4, con un gran trabajo guitarrístico: un temerario intro, contundentes riffs principales y acordes sostenidos que arropan los versos con la distorsión necesaria.

La batería y bajo, por otra parte, tienen su justa presencia en la ecualización y brindan a la canción un dinamismo digno de palmas. El interludio instrumental exhibe algunos destellos de jazz y bebop, con un atípico solo de guitarra y un ritmo que encamina al tema por senderos inesperados. Por más que le busco no le hallo fallas.

La letra es ambigua y surreal como solo ella. Logra expresar esa sensación de urgencia por abandonar a la brevedad un entorno asfixiante, de saltar hacia otra realidad menos opresiva. He pensado en contactar al grupo y hacerles algunas preguntas al respecto. Pero temo derrumbar ese gran misticismo que guarda para mí.

Es una postal de genuina expresión musical encapsulada en cinco minutos. La canción y el grupo.

‘Saltar’ – Los Sueños de Marfil 

Una mirada corta
Los ojos de criaturas que se saben perdidas, ahh

Prefiero ser tragado vivo y luchar a
vivir atado a este clima
Y me dan ganas de saltar por la ventana y volar, ahhh

Prefiero ser la piedra, piedra angular
del desayuno de los derrotados
Y me dan ganas de saltar por la ventana y volar, ahhh

Prefiero ser la piedra, piedra angular
del desayuno de los derrotados
Y me dan ganas de saltar por la ventana y volar, ahhh

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